El Mercado de la Corredera | El mercado de la Corredera
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El mercado de la Corredera

El mercado de la Corredera

Somos un mercado alimentario que ofrece productos frescos de gran calidad. Productos que seleccionan nuestros profesionales de manera diaria para que todas las personas que pasan por el Mercado de La Corredera tengan la garantía de estar llevándose a casa productos de primera calidad a un precio justo.

El nuevo Mercado de La Corredera es una realidad ya, hemos modernizado nuestras instalaciones y las hemos hecho más cómodas para todos nuestros clientes manteniendo los valores que siempre nos han hecho diferentes:

• La calidad y frescura de los productos es nuestra bandera.
• Atención profesional y el trato personalizado es nuestra prioridad.

Todos nuestros profesionales tienen una dilatada carrera en cada uno de sus sectores, conocen muy bien todos los productos de temporada así como las elaboraciones más exquisitas para sacarles el mejor partido, y es por eso que desde la honestidad ponen a disposición de todos los clientes los mejores consejos y recomendaciones.
Nuestro mercado es un mercado diferente con productos frescos de calidad y profesionales preocupados por poner a disposición de las familias y vecinos los mejores productos al precio más justo. En definitiva, el Mercado de La Corredera es un mercado para Comprar, Disfrutar y Saborear.

  • Pastelería
  • Panadería
  • Pollería
  • Carnicería
  • Chacutería
  • Frutería

 

 

El mercado de la Corredera se sitúa en la confluencia de la Calle Puebla y la Calle Corredera Baja de San Pablo. Es en el siglo XVI cuando la calle San Pablo incorpora a su nombre el término “Corredera” al ser el camino que conducía a la ermita de San Pablo (actual Tribunal de Cuentas), ermita a la que la gente se dirigía en “Romería” o “Corredera”.

La zona en la que se ubica el Mercado de la Corredera fue desde comienzos del siglo XVIII un auténtico mercado callejero al aire libre de puestos de venta de todo tipo de género, en especial de fruta, verduras y pescado. La falta de higiene de los puestos acabó obligando al Ayuntamiento a encargar un plan en 1835 para crear mercados cubiertos en Madrid.

 

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